segunda-feira, 31 de outubro de 2011

Las Revelaciones y Los Libros Revelados de Fernando Gaebler



Nuestros compañeros Fernando González y Ramón R. entrevistarán y departirán con Fernando Gaebler sobre un asunto muy interesante, Las Revelaciones y Los Libros Revelados, como adelanto del libro JUDAS ES MI HERMANO, que será editado próximamente por Ituci Siglo XXI y con el que Fernando Gaebler tiene muchísimo que ver.
A modo de introducción al programa, puedes ver en cualquier momento la película (Vídeo) La Vida de Nostradamus emitiéndose ya desde el SALON DE ACTOS de Ituci.


Por si nos permites una sugerencia, pegamos aquí la Introducción que Fernando Gaebler ha hecho para la edición del libro. La sugerencia es que te invitamos a leerla.

INTRODUCCIÓN

Querido lector, me presento diciéndote que mi nombre es Fernando y que soy una de las ocho personas a las que se nos encomendó el proyecto de recepción, y posterior publicación y difusión del libro que ahora tienes en tus manos. Doy fe de ello en mi propio nombre, en el de los otros siete hermanos, y te aseguro que ellos también dan fe individualmente cada vez que las circunstancias o la ocasión lo requieren.

Las palabras que siguen: “La obra de Jesús estaba incompleta, nunca escribió sus enseñanzas, ahora sí, el que quiera que las siga. La verdad ya tiene nombre y el hombre podrá seguirla o abandonarla, pero tiene letra. Sabemos que no todos seguirán esa verdad, más está escrita”, fueron dictadas por Jesús de Nazareth el día 26 de Octubre de 1988, dos días después de recoger de la imprenta los primeros ejemplares de la edición antigua de este libro. Las coloco aquí como muestra de lo que vas a encontrar en el interior, por que es mas que probable que tu consciente, o tu subconsciente, hayan valorado ya el mensaje que encierra el título, JUDAS ES MI HERMANO, decidido también por el propio Jesús de Nazareth.

Para Jesús, Judas no es un traidor, no es el símbolo de la deslealtad, ni de la maldad, ni el arquetipo de hombre traidor que durante años, décadas, siglos y milenios nos han contado, sino que es SU HERMANO.
¿Te extraña querido lector? Lógico sería que eso sintieras, y yo omito escribir aquí mis ideas, por que las importantes son las que tu saques.

Este libro podrás leerlo como habitualmente se hace, de principio a fin, o abriéndolo al azar por cualquier página y buscar el comienzo de la parábola, enseñanza o texto que haya aparecido. Desde mi punto de vista todas son maravillosas.
Es más que probable que quieras colocar este libro en la cabecera de tu cama o en cualquier lugar cercano, por lo que para esta edición y para las futuras se ha hecho un índice con el enunciado o con unas palabras del comienzo de uno o dos de los párrafos de cada texto, así como la página donde lo encontrarás. Son 124, y te facilitará el hacerte una breve idea del contenido de cada uno.

Es mucho lo que nos ha llegado de la vida, obra y enseñanzas de Jesús de Nazareth. Fue contado por sus discípulos tras su muerte, ha sido contado por otros a lo largo de la Historia, y siempre, en todos los tiempos, mediante las Revelaciones que la Providencia ha considerado que debían ser dadas. Este libro es un ejemplo de ello. Es un Libro Revelado que ha sido dictado a María Regla (una de las ocho personas del grupo), que lo fue escribiendo mediante escritura automática.
Parte de lo contado por las iglesias ha sido tergiversado o manipulado, bien por intereses de poder, bien por las deformaciones que se producen al pasar verbalmente de unos a otros, o por la traducción de unos textos sobre otros, una y otra vez.
Otras veces e interesadamente, simplemente se han omitido parte de la vida y enseñanzas del Maestro de Nazareth. El conjunto de mensajes que Jesús nos da ahora con JUDAS ES MI HERMANO, difieren en lo esencial de lo que se nos había contado.

Siempre nos llegaron la mayor parte de sus enseñanzas en forma de parábolas, de narraciones, de preguntas con moraleja, de comparaciones, (...) que hoy día, ambientadas en una Galilea de hace veinte siglos dominada por el imperio romano y describiendo la vida cotidiana en aquella sociedad tan compleja en su aparente sencillez, se nos hace especialmente amena.
Es precisamente así como mejor fueron y son comprendidas sus enseñanzas. La enorme variedad de matices descritos a todos aporta: niños, mayores en distintos grados de evolución, (...)
Son atemporales e igual de válidas para todas las culturas, para todas las razas, para todos los tiempos, para todas las edades, para todos los estratos sociales, para distintos grados de formación, para mujeres y para hombres.
A todos aporta, a todos guía, a todos les puede servir para separar el grano de la paja y de ayuda personal en el plan de vida que cada uno haya hecho para la encarnación que está viviendo, así como para el plan divino universal de acercamiento al Padre.
Querido lector, así fue antes lo narrado por los Apóstoles, y así ha sido ahora lo dictado por Él. Vas a encontrarlo en las páginas que siguen.

Voy a describirte el momento y el lugar en el que nos fue comunicada la misión de recibir los dictados de Jesús. Sitúate en Sevilla, España, en los años que transcurren entre 1984 y 1987, en una sociedad recién salida de una dictadura que había durado demasiado tiempo y en la que muchos estaban empezando a valorar la libertad, la responsabilidad más allá de su entorno íntimo, donde reinaban la ilusión y el afán de superación.
La comunidad internacional manifestó su confianza en esa sociedad, encargándole la organización de dos eventos muy importantes, uno en Barcelona, los JJ.OO. de 1992, y otro precisamente en Sevilla, la Exposición Universal de 1992.
Y en ese marco, ocho personas que nos movíamos en torno a la cuarentena, sencillas y humildes en esta encarnación, con profesiones sencillas: comercio, peluquería, administración, (...), padres de familia y con las preocupaciones propias de cualquier familia, pero llenos de inquietudes espirituales, buscando el acercamiento al Padre, y entre ellas, varias con las facultades mediúmnicas muy desarrolladas.   

En una de las primeras reuniones fuimos informados de que los ocho componentes del grupo habíamos sido coetáneos de Jesús en su vida en Galilea, y cuando el texto estuvo completo se nos pidió que buscáramos los medios de edición, impresión y distribución.
Nuestra primera gestión fue ofrecerlo a la editorial que consideramos más idónea, y la respuesta fue: <Los mensajes son muy buenos, pero si no estuvieran firmados por Jesús, serían más aceptables para su publicación>. Una evasiva negación.
En la siguiente sesión se comentó a Jesús y su respuesta sicográfica fue: “Son los mismos que cuando yo vivía entre ellos no me reconocieron. ¿Lo van a hacer ahora sin verme?”

De los encuentros, ofertas y negociaciones con editoriales, siempre recibimos evasivas y negativas, por lo que ante tanta dificultad, optamos por una impresión y distribución artesanal, y pese a no ser profesionales, el libro ha llegado a todos los rincones del mundo y así hemos tratado de cumplir la petición de Jesús de que este libro fuera “... mi gran medio de llegar a mis otros hijos, hijos perdidos, hijos descarriados, hijos que no me conocen. Esos hijos son míos y quiero enseñarles mi amor por medio de vuestra fe y vuestra entrega.”
Ahora, al haber asumido la editorial Ituci Siglo XXI la edición y difusión de este libro, con un proyecto muy novedoso y utilizando las posibilidades que ofrece la red, estamos seguros de que estas palabras dictadas por Jesús de Nazareth llegarán a muchas más personas.

No es este el libro que escribirían teólogos o filósofos. Esos, suelen ser libros llenos de citas, de palabras incompresibles para la mayoría, con referencias a conceptos y definiciones de otros autores igual de incompresibles y zafios, y que en su conjunto más parecen que los hubieran escrito para lucirse en sus seminarios, para ponerse medallas y para rivalizar entre sí en sus reducidos círculos, que para de forma amena y sencilla compartir conocimiento y sabiduría.
Sí es este un libro tremendamente profundo, pero sencillo y comprensible, en el que Jesús de Nazareth hace la reflexión al respecto (en el libro la encontrarás en la página 234): “Jerusalén fue ciudad de eruditos y poetas. En ella, tales, presionaban al pueblo en mi contra. Me llamaban y me pregonaban hombre de aldea y desconocedor de libros y enseñanzas (...)”

Tanto cariño le tengo a este libro, tanta importancia le doy, y tanto confío en el proyecto editorial en el que ahora se encuentra, que quiero influir sobre ti  desde las páginas de esta “introducción”, palabras mías que no llegan a las de Jesús ni a la altura de las suelas de sus zapatos, pero con las que pretendo que te enganches al mismo y ayudes, si así lo creyeras, a difundirlo.
La esencia del ser humano y la atemporalidad de las enseñanzas de Jesús caminan juntas y están por encima de modernidades, tecnologías o avances científicos. Transcribo brevemente unos ejemplos.

Sobre el problema humano de la infidelidad y la deslealtad en la pareja, Jesús (lo encuentras en la página 221) nos dice: “Muy apenado en cierta ocasión encontreme con un hombre en el camino, aposentado sobre un árbol y llena estaba su cara de lágrimas. Pregúntele que le sucedía y apenas sin poder hablarme contestó: puse toda la ilusión en mi mujer y en su fiel amor hacia mi persona y ahora, después de varios años, me di cuenta que su amor era fingido y no me ha sido fiel como yo le he sido a ella. (...)”. Te invito lector a que leas completa esta parábola y medites sobre la misma, pero te aseguro aquí, que no condena a la mujer como las iglesias  y religiones nos tienen acostumbrados y hace unas reflexiones maravillosas dirigidas al hombre.

Sobre la homosexualidad (está en la página 231), Jesús nos dictó la siguiente parábola: “Un buen día pasaron a nuestro lado un levita y un sacerdote que se dirigían a Jerusalén, (...), pregúntele yo al levita si lesbianas e invertidos podían entrar en el reino del cielo. Contéstome (...) Y Pedro preguntó: dinos como piensas tu. (...) Menospreciáis a estos hombres y mujeres que sienten de otra forma el amor. Más lo haces por el que dirán los otros, no por que en tu interior los veas culpables. Los juzgáis mal para que te juzguen bien a ti. Los apartas de tu lado para que ellos, los demás, no te aparten a ti. Si te fijas hermano (...)”

Sobre los dogmas y fundamentalismos, que tantas desgracias han traído y están trayendo a este Planeta, antes y ahora. (Lo encuentras en la página 247): “Jesús dictará ahora las bases de su doctrina. Jesús dirá formas, no dogmas, pues no existen dogmas en sus enseñanzas”.  Es fácil imaginar que estas palabras molestarán a obispos, cardenales, ayatollahs, imanes, y a cuantos fundamentalistas le lleguen.

Sobre los trepas en los centros de trabajo y la falta de compañerismo. (Página 67): “Mal obráis traicionando a vuestros compañeros, ¡oh asalariados!, que a vosotros me dirijo. Si pensasteis que vuestra unión no es sino casual y que nada debéis al compañero de trabajo. Os equivocáis (...)”  Si anteponéis vuestro propio bienestar al de vuestro hermano (...)

Ciento veinticuatro escritos o parábolas encuentras en el libro, con los asuntos que Jesús decidió incluir en este volumen (nos tiene anunciado otro) y todos son fundamentales para desarrollar el plan divino de cada uno de nosotros y el de acercamiento al Padre. Los últimos ejemplos, unas frases que también están en el libro:“Nuestro final es nuestro origen”; “Todo tiende a donde procede”; “La verdad os hará libres”.

Durante los años transcurridos en el dictado de JUDAS ES MI HERMANO, otros mensajes nos fueron dados. De entre todos ellos, me voy a permitir relatar uno al que doy un valor especial y que quiero que compartamos. Ocurrió durante la Semana Santa de 1986, concretamente el lunes santo 24 de marzo de ese año.
Imagina la primavera de Andalucía y el centro histórico de Sevilla por el que durante esa semana procesionan casi sesenta cofradías. Son días festivos en Sevilla en los que ciudadanos y visitantes llenan las calles con los sentidos predispuestos a disfrutar de los olores de los árboles y plantas en floración, mezclados con los del incienso y la cera, con el sonido de la música de las bandas que acompañan a cada uno de los pasos y de vez en cuando con el de alguna saeta.
La temperatura suele ser muy agradable, el cielo limpio y de un color azul
que en pocos sitio se repite, y los “pasos” representando con enorme fuerza y variedad de matices, distintos momentos de la pasión.

Con ese ánimo y la predisposición de disfrutar y sentir la Semana Santa, habíamos quedado los ocho en casa de uno de nosotros, el que vivía en el centro histórico. Uno de los componentes se había encontrado con un paso camino del punto de encuentro, y estando junto a la imagen de Jesús de Nazareth tuvo un recuerdo y una meditación intima. Una vez estuvimos los ocho en la casa Jesús dictó lo que sigue: “Jesús asiste hoy a vuestra invitación y predispuesto ya se manifiesta.
Juan, si sabes que te quiero ¿por qué tu pregunta y tu perdón? Mantente firme en tus creencias y no pidas el perdón del pobre de espíritu.
Muy apaciblemente acudo hoy a esta cena y recuerdo aquel tiempo en pueblos y aldeas en los que todos nos sentíamos hermanos.
Juan, tu que me seguías antes, sigue ahora mi prudencia. Tu que me defendías, defiende ahora al que acusan, tu que predecistes el final de una Era, atiende ahora el final de otra.
Pensabas en mi como en un ser todopoderoso, más no soy todopoderoso. Mi único poder es el poder del amor y del sentimiento. Sentimiento de amor hacia ti y hacia todos los hombres. Sentimiento entre el mal y el bien, ante la indefensa condición mía de no poder evitar el uno, y hacer cumplir el otro. Sentimiento de agonía al predicar y no ser escuchado, al hablar y no ser entendido, al hablar y no ser entendido, al obrar y no ser seguido.
Prediqué y aún pienso que nadie escuchó mi voz. Para nada sirvió sino para alzarme en imágenes que no son mi imagen, para adorarme como a un muerto, mas no comprenden que vivo y siento.
Prediqué amor y expulsaron de esas tierras a mis hermanos, prediqué prudencia y se desbordaron en imprudencias, prediqué resignación, ¿mas alguno se hizo fuerte ante el dolor?
Mis hermanos que me amaban y seguían, me olvidaron. Ellos que decían no abandonarme, me abandonaron y hoy me siento perjudicado ante mi misma y pobre naturaleza, por eso, aún pasado ya el tiempo de mi crucifixión, yo quiero enseñar mi doctrina. Más si antes no me oyeron oyéndome, ¿me escucharán ahora sin escucharme?”

No puedo finalizar sin decirte que Jesús de Nazareth nos anunció que dictaría un segundo libro y que también el Apóstol Pedro lo haría.
Será cuando Éllos quieran, cuando lo consideren oportuno.

Elevo mis plegarias para que Ituci Siglo XXI consiga difundir este libro y su contenido, y me despido ya. Adiós querido lector, queridos lectores ...

                      Sevilla, España, junio de 2007.
                      Fernando Gaebler

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